lunes, 25 de agosto de 2008

Sólo unas palabras


Quería escribirte antes de que volvieras a la escuela, al glóbulo quimérico que transporta tu único oxígeno…no sé muy bien por qué quería hacerlo ahora, supongo que este momento es una especie de cierre de ciclo, un ciclo corto de límites difusos, un corto verano de cuero curtido.

Tampoco sé muy bien la razón de estas letras, imagino que la necesidad de resumir las conversaciones pendientes, las que no hemos mantenido, las que nunca vamos a mantener. Así que, prescindiendo de los holaquetalcómoteva que hubiesen sobrado incluso en una papelera, quería hacerte un extracto de lo que iban a ser esos próximos intercambios, esas palabras que suenan peor cuando soy yo quien las recita ante una pantalla muda de aliento.

Pero nada de eso va a suceder. Y es que por una vez en mi vida he dejado de pensar en subjuntivo. Por una vez he dejado que todo fluya, aunque sólo sirva para que el río se aleje… la corriente puede más que mi cuerpo menudo, ¿por qué luchar contra ti, contra ella?

No voy a quedarme así, en stand by. No puedo estar esperando incluso cuando creo no estar haciéndolo. No puedo volver a casa a diario con la esperanza de encontrarte en mi portal, la escuela arde en llamas y he venido a buscarte.

Si fuera por mí te hubiera querido casi tanto como a los libros pero, ¿sabes qué? Está todo bien. Está bien que por una vez no tenga que escoger entre frío o caliente. Está bien el gris, el templado, el medio gas, el darse por vencida. Por una vez, va a estar bien no luchar, no pelear, no revolverse en sábanas de esparto y volver a mamá con rasguños en las rodillas.

Por primera vez voy a ser mayor, sensata, racional y troposférica. Voy a tomar aire para dejar de vivir un ratito, a ver si a la vuelta me conmueve, qué sé yo, un programa televisivo. Voy a ver si logro que el sentido común lobotomice estas ansias de ti que ahora hierven como palabras.

Quería escribirte no sé muy bien para qué, tal vez para decirte que ya soy como los demás, que ya el amor no me enferma, que ya puedes volver sin miedo a que siga esperándote. Ya ni sé, no lo entiendo, el fluir de un monólogo termina llevándose al río al más cuerdo. ¿Yo era un río, una letra o un verano de hebillas? Ya ni sé, ni lo sé, ni me acuerdo.

Sólo una galaxia

“Es solamente una galaxia de pecas”
¿Y quién eres tú para quitarme importancia?

Si digo que mi galaxia señala tesoros
es porque sé la poesía que cabe en mis centímetros.

Si digo que sé que te sobra una nave
es porque quiero que partas y surques mis mares.

Si digo que quiero que me cuentes las pecas
es porque espero verte pronto perdiendo la cuenta.

Es solamente una galaxia de pecas
galaxia que hará que te rindas a secas.