lunes, 15 de octubre de 2007

Ella en Manhattan y yo en un rincón de calma

"Las primeras palabras que escribió Sara en aquel cuaderno de tapas duras que le había dado su padre fueron río, luna y libertad, además de otras más raras que le salían por casualidad, a modo de trabalenguas, mezclando vocales y consonantes a la buena de Dios. Estas palabras nacían sin quererlo de ella misma, como flores silvestres que no hay que regar, eran las que más le gustaban, las que le daban más felicidad, porque sólo las entendía ella. Las repetía muchas veces, entre dientes, para ver cómo sonaban, y las llamaba "fanfarnías". Casi siempre le hacían reír."
Caperucita en Manhattan, Carmen Martín Gaite.
Como Sara, tan sólo necesito un poco de río y un retal de luna; una capucha, un cuaderno y la libertad serena de quien se inventa nuevas palabras. Vuelvo a casa de la abuelita...

1 comentario:

Insomne dijo...

Todo es perderse lejos..
Para encontrarse cerca..

Un beso y.. ya veo que el retiro te ha ido genial.