domingo, 9 de septiembre de 2007

De chicas y profesiones, II parte

Es entonces cuando llega el momento decisivo de la lucidez femenina: los príncipes azules las miran a todas y no hay una profesión más perfecta que las demás. A mí me llegó la revelación un martes o un miércoles de esos insulsos, ante un panqueque de dulce leche. Lo vi claro, ya no necesitaba más ibuprofeno, las profesiones iban a ser las que me escogieran a mí, en mis manos tan sólo quedaba la capacidad de decir que no y el placer de dejar aquellos trabajos que me hicieran infeliz. Lo demás, mejor seguir soñando y creer en la justicia cósmica que en los clasificados. No es que piense que esperar el milagro mientras te aplicas laca de uñas color burdeos es la opción definitiva, es simplemente que no merece la pena morir de jaqueca por ello. Las cosas pasan y aunque escojas un camino y trabajes duro, cosa que no hay que dejar de hacer, siempre habrá señales que te hagan cambiar de destino cien veces. Importante: hay que hacerles caso a las señales de tráfico, a todas menos al Ceda el Paso.
Es en ese instante, cuando has ingerido tanto dulce de leche que estás segura de que tu barriga va a convertirse en una especie de cojín de plumas, el instante en el que el ¿dónde? pasa a ser el debate relevante. Voy a ser lo que el destino me depare pero ¿dónde?, quiero seguir creyendo que el dónde está en mis manos.
¿Irse o quedarse?, ¿seguirse yendo o quedarse en alguno de los dóndes a los que me he ido o vuelto o vuelto a irme y a volver?, ¿quedarse o irse por alguien o meterlo en la maleta y pensar juntos en un dónde?
Pienso en los dóndes y me doy cuenta de que es lo único que siempre he decidido yo. No sabía qué carrera estudiar pero sí el dónde estudiarla, no sabía qué beca pedir pero sí el dónde cursarla, no sabía si merecía la pena dejarlo todo por un trabajo de cuatro meses pero era en ese dónde en el que habitaba lo que yo buscaba en ese momento…siempre reflexiono el próximo dónde durante meses y al final acabo sorprendiéndome a mí misma tomando la decisión de repente, sin apenas pestañear. Me sorprendo tanto que ideas como velar las tumbas de Gauguin y Jacques Brel en la Polinesia francesa o pulirles los cuernos con betún a los renos de Laponia no se me antojan rocambolescas en absoluto. Pulir cuernos y tomar café los jueves con el abuelo Joulupukki, mmm, ¿tendrán dulce de leche en Laponia?
Total, que tengo claro que antes viajera que Lupe desgarrada. Cuando ya no hay nada que ofrecer, es mejor la maleta que la hemorragia. Empezaré a pensar en el próximo destino para acabar optando por todo lo contrario, como siempre…aunque esta vez, esta vez a lo mejor compro dos billetes de ida, quién sabe, yo sólo decido el dónde…

5 comentarios:

Insomne dijo...

Querida amiga..

http://www.youtube.com/watch?v=FawO_Q4a8Io

Un besote

Lola García dijo...

Qué bueno estar de vuelta y poder disfrutar de esto...

Me relajas, me haces querer seguir leyendo, escribiendo, amando la palabra.

Besotes.

Lola García dijo...

Vale, donde tu quieras, pero que sea cerquita.

Jordi Mellado dijo...

Tocas las palabras como Horowitz las teclas... usas las palabras como él las notas... continúa haciéndolas tuyas, compra dos billetes y usa el verbo conmigo.

Elena Bort dijo...

os quiero más...