miércoles, 17 de octubre de 2007

Hurgando

Hurgué pero no encontré nada del tú que eras antes.
Nada real, nada palpable.
Me contaron que había alguien con una nuca parecida pero yo no la advertí, yo que solía conocer cada unas de sus parábolas.
Entre la trama y la urdimbre de ese mapa absurdo, encontré al fin un buen escondite, un rincón con una granja y gente sencilla que se cortaba las uñas los domingos.
Decidí quedarme e inscribir mi nombre en el tronco más firme,
un tronco anclado de esos que no cambian pero engordan milímetros imperceptibles.
Hurgué y confirmé que seguía siendo la de siempre.
Toda real, toda anclada.
Y me sentí feliz de regar las plantas y mandé bien lejos un paquete express repleto de plástico sin burbujas, polillas sintéticas, tafetán planchable.

5 comentarios:

Insomne dijo...

Anda hija.. ya era hora no? ;)

Como se dice en mi tierra..
Hurgando.. Hurgando..
Mandastes a tomar viento fresco a los viejos recuerdos..

Y es que el tiempo lo cambia todo.. pero casi nunca para bien, afortunadamente con gratas excepciones hermanita.

Elena Bort dijo...

pues sí, querido, reconozco que a mí el tiempo me ha tratado con amor...

Anónimo dijo...

pure... ze polita (que bonito!!!)

Oscar Petrelli dijo...

ays! esos viejos recuerdos que tanto nos atormentan que malos son!! te lo digo yo jejeje tengo a mi "enano" pululando aún...
Que lastima pero adios, me despido de ti y el jueves me voy... pero volveré!!!

besos!

petilipois dijo...

Elena Voldemort ese teléfono rojo que no para de sonar, que han pasado ya casi 12 horas desde el segundo anuncio de mail-propuesta, qué intriga con tu entrega!
Procedo a escribirte esto en tu blog, no sé por qué no te escribo directamente a tu mail, esto es mehó no?

Qué es el tafetán?