miércoles, 15 de abril de 2009

La dama de Shanghai

Tú no lo sabes, pero alguien te observa.
Ni Cristos ni cristales, ni espejos ni espejismos; sólo un par de ojos de un alguien otro que te escrutan y te protegen.

Hace unos días recibí un mail de una desconocida. Me contaba que hará cosa de un año se sirvió de mis letras para leérselas a su hermana, que además se llamaba como yo, mientras ésta estaba en cama luchando contra una enfermedad. “Tus cuentos y relatos han sido como un tesoro y gran aliado para mí”, me decía.

Ya ves, una Elena anónima, otra yo dispersa en este universo enano hecho de ladrillo y coincidencia. Alguien a quien mirar a los ojos, alguien que te mira y vela por que existas.

Dejé de existir un rato, pero gracias a tu mirada hoy cobro de nuevo vida.



La foto está tomada en el bosque de Oma.
(sí, sí, lo juro, le dimos al clic a la vez)

5 comentarios:

Anónimo dijo...

BIENVENIDA

NO DEJES DE ESCRIBIR JAMAS.

UNA VEZ MAS ESTOY EMOCIONADA CON TUS PALABRAS.

SORAYA,
(HERMANA DE ELENA)

Anónimo dijo...

e de vuelta y con las palabras más cargadas que nunca... causalidades de la vida!

Te quiero, pequeña
MUUUA!!!

Anónimo dijo...

Que bonito Zipi!!!

Carla

Unknown dijo...

No es verdad, la foto es tuya, el momento de los dos.

Y qué notición para todos que vuelvas a escribir.

No pares, sigue, sigue!!

Javier Das dijo...

Qué foto más chula..