domingo, 13 de enero de 2008

Funciones, nuevos enfoques

“Sin embargo, es fácil de comprender. El problema está en que los hijos se creen lo que dicen los adultos y, una vez adultos a su vez, se vengan engañando a sus propios hijos. "La vida tiene un sentido que los adultos conocen" es la mentira universal que todos creen por obligación. Cuando, una vez adulto, uno comprende que no es cierto, ya es demasiado tarde. El misterio permanece intacto, pero hace tiempo que se ha malgastado en actividades estúpidas toda la energía disponible. Ya no le queda a uno más que anestesiarse como puede tratando de enmascarar el hecho de que no encuentra ningún sentido a la vida, y engaña a sus propios hijos para intentar convencerse mejor a sí mismo.
De entre las personas que frecuenta mi familia, todas han seguido el mismo camino: una juventud dedicada a tratar de rentabilizar la propia inteligencia, a exprimir como un limón el filón de los estudios y a asegurarse una posición de elite; y luego toda una vida dedicada a preguntarse con estupefacción por qué tales esperanzas han dados como fruto una existencia tan vana. La gente cree ansiar y perseguir estrellas, pero termina como peces de colores en una pecera. Me pregunto si no sería más sencillo enseñarles s los niños desde el principio que la vida es absurda. Ello le robaría algunos buenos momentos a la infancia, pero permitiría que el adulto ganara un tiempo considerable (por no hablar de que uno se ahorraría al menos un trauma: el de la pecera).”

“Sí, el universo conspira a la vacuidad, las almas perdidas lloran la belleza, la insignificancia nos rodea. Entonces, tomemos una taza de té. Se hace el silencio, fuera se oye soplar el viento, crujen las hojas de otoño y levantan el vuelo, el gato duerme bañado en una cálida luz. Y, en cada sorbo, el tiempo se sublima.”


Citas de La elegancia del erizo, de Muriel Barbery.

Sin duda, las rodillas me vibran más con la opinión de la segunda, aunque esto no signifique que la primera tenga menos razón, claro. ¿Por qué no pensar en la belleza como el fin mismo de nuestra existencia? Cuando mis sobrinas explotan de risa y tienen que taparse la cara con un cojín para seguir soplando vida, de repente todo ha merecido tanto la pena. A lo mejor la vida no tiene un sentido profundo más allá de lo bonito, de los buenos momentos, de las ganas de emocionarse y seguir soñando que todo es posible.
De verdad, este libro es maravilloso.

1 comentario:

Lola García dijo...

Joder, qué texto tan impactante.
No sé si ponerme a llorar o a elogiar la belleza.

Sin duda me quedo con tu visión, con la segunda parte. Y así es como lo vivo.

Un beso,

Lola.