domingo, 15 de julio de 2007

De chicas y profesiones

Primero quise ser princesa. Princeeesaaa, repetía con la boca abierta mientras buscaba amigos imaginarios en las paredes y mi abuela aprovechaba la disyuntiva para embutirme una nueva cucharada de lentejas indeseables. Porque son guapas, se llevan al chico, visten con puntillas, afinan un montón y tienen hadas madrinas que las llevan de paseo por las nubes. Sí, sí, princesa. Pero de repente, no se sabe por qué, una descubre que hay algo más allá del color rosa y la incomodidad de la sonrisa hemipléjica de los exponentes de la monarquía. Así fue como pasé al segundo grado de las profesiones recurrentes de las chicas con inquietudes y quise ser veterinaria. No sabía si especializarme en ardillas o en ciervos pero ninguno de ellos parecía dispuesto a dejarse salvar por mi espíritu altruista, así que acabé abriendo en el rincón de la salita una consulta de veterinaria generalista. Todo peluche sería bienvenido, fuera cual fuera su especie. Maestra, enfermera, misionera, peluquera, esteticién y se llega a la adolescencia con las bases del pluriempleo bien interiorizadas. Es entonces cuando el espíritu de la diosa etrusca del arte se apodera del sentido común de las chicas y todas quieren ser actrices y famosas, una vuelta a la soberanía del lucir palmito y la filosofía de los chicos que tocan la guitarra se enamoran de las del grupo de teatro. Era lo que tocaba, así que yo, como no, a luchar por el papel protagonista. De artista a guerrillera, claro, acuñando conceptos como “alternativo”, “underground” o “generación X”, mientras lo que anhelaba de verdad era al chico macarra que salía con la de tercero. Y fui revolucionaria hasta que lo conseguí, conseguí a mi macarra particular y me di cuenta de que el principio del macarra es el de ser medio obtuso y disfrazar su obtusidad con pantalones anchos, para que no se note. Éste, sin duda, es uno de los momentos clave del apredizaje de las chicas y sus profesiones, el momento en el que una se decide a superar el síndrome del macarrismo juvenil o se queda anclada en él para siempre. No puedo afirmar que yo lo superara al completo, de hecho, la verdad absoluta sobre los macarras tan sólo consiguió ensalzar mi lado profundo y en la profundidad buceé entre la presidencia de un país lejano, la fotografía, la escritura fantástica, el diseño de modas y el eclecticismo laboral en general.
Pero se crece y la vida decide ponerse a decidir y te hace camarera, secretaria, auxiliar, ayudante y jefa de otras muchas tan absortas como tú, sorprendidas de los ires y venires, los contratos temporales y los cambios de sentido. Las ofertas escasean o se ponen de acuerdo para atacar al unísono, mueres de hambre para después forrarte y acabar pensando en el tiempo que pasa y si la solución sería montar una casa rural para tener tiempo para pensar en el tiempo que ahora nos sobra.
Si fuera argentina, habría querido ser psicóloga o socorrista, pero yo nací en un dónde y en un cuándo y lo cierto es que la sombra de un nogal es la única que parece que entienda que AÚN NO SÉ A LO QUE DEDICARME.


La foto es de mi Lo querida…
…algún día volveremos.

7 comentarios:

Jordi Mellado dijo...

Hay momentos en los que nos dedicamos a pensar, y pensar no es nada malo, pero dejamos de escucharnos y eso, si es negativo.

Anónimo dijo...

Alaaaaaaa...!!! que me siento tan identificada!! Salvo, he de decir, en lo de princesa en la primera fase. Yo creo que pasé directamente de querer ser bailarina de los videoclips de Michael Jackson primero, y Lois Lein (o como quiera que se escriba)después, a la "anti-todo-lo-que-me-rodea-sólo-molan-los-macarras". ¡Y tan cierta la descripción de los macarras! Seres simples, y adolescentes, eso los perdona, empeñados en complicarse la vida a lo Kurt Cobain...
En fin. Me ha gustado el texto. Sí. Me ha gustado. Sí.

Fin de mi primer comentario en tu blog, Elenín! Ana C.

Elena Bort dijo...

Ana!! Qué alegría!! Me he muerto de la risa con lo de bailarina a Lois Lein...no puc més!! Jajaja. Qué ganas de verte, amore, pronto prontito pronto...

Míriam dijo...

doncs parlant de princeses i generacíó X: per passar l'estona durant les 8 hores que separen NY de Berlín em vaig comprar una VOGUE (per no haver de pensar massa i distreure'm amb historietes) on obrien portada amb la musa cleptòmana de la Generació X vestida de princeseta (no de rosa, sinó de blau, però pel cas és igual)!
caminant per NY he pensat molt en tu! sobretot passejant per Tribeca, quina sort elena!!!

Míriam dijo...

ups! era Winona Ryder, la de la portada, me l'havia descuidat!

Elena Bort dijo...

fem una trobada d'ex p40s en algun punt del globus terraqui? tinc ganes de veureus!!

Míriam dijo...

ja saps que a Berlín sou molt benvingudes!! l'únic que m'heu de demanar quan hi sóc i quan no. la setmana vinent ja em mudo al pis nou!! yupiii!!