miércoles, 7 de noviembre de 2007

La melena más larga...

Un año más, unos centímetros más para mi melena.

Me acuerdo de los cumpleaños de mi infancia, esos sábados por la tarde sobre la moqueta de la salita. Las invitadas eran veinte, todas niñas, estrenando los conjuntos de invierno que sus madres les habían comprado con las primeras nieblas. Leotardos y faldas plisadas. Mis hermanas me ayudaban a prepararlo todo. Hacíamos las invitaciones a mano, con cartulina pintada, y trabajábamos desde la mañana para que todo fuera perfecto. Las niñas llegaban sobre las cuatro de la tarde, mi madre recogía sus abrigos acolchados y se descalzaban en el pasillo para no ensuciar la moqueta. Yo les proporcionaba un papelito con su nombre que dejaban dentro de los zapatos para así identificarlos. Nunca creí que esta medida fuera necesaria pero después de que dos niñas se confundieran de zapatos un año y la que había venido con botas se acabara marchando con zapatos de charol, mi madre creyó que ésta sería una buena solución. Las niñas me traían sus regalos, muñequitos, estuches, lápices y gomas con formas de fresa, pingüinos que cantaban “somewhere over the rainbow”, y yo los abandonaba encima de la cama para verlos más tarde todos juntos, cuando todas se fueran y yo me quedara sola, rica.
Después venían los juegos iniciales y explotábamos globos con una aguja. Mireia Prades siempre lloraba porque le daban miedo los globos, mi hermana mayor se encargaba de consolarla. ¡Cumpleaños feliz!, ¡cumpleaños feliz!, mi padre al piano y encima de la mesa bocatas de nocilla y de chorizo con mantequilla Tulipán. Coca-Cola, Fanta Naranja y pastel casero para el que la mitad de las invitadas ya estaban demasiado hartas.
Entonces entraban mis hermanas en acción y jugábamos al Un, Dos, Tres; una era Maya Gómez Kemp y la otra la azafata que nos presentaba, “éstas son Marta y Maria Rosa, gemelas y procedentes de Mollerussa”, “éstas Mariona y Sheila, vecinas de este edificio y amigas de la homenajeada”. Y así hasta que oscurecía.
Cuando iban a irse y sus madres ya les estaban colocando las bufandas hasta las cejas, les dábamos un saquito de chuches elaborado con celofán de colores. Un suspiro y hasta el próximo año, había llegado el momento de escoger el estuche que llevaría el lunes al cole.


Ejércitos de ciervos se deslizan por mis crines, juegan al un, dos, tres, pica pared y al que primero llegue a mis tobillos, le toca el trozo de tarta más grande.
Image by Miss Van

9 comentarios:

Miriflor dijo...

La princesa más guapa
Felicidades!!

Jordi Mellado dijo...

El tesoro más preciado...
El regalo más bonito...
Felicidades!!!

Anónimo dijo...

si no voy errado, creo que hoy es tu cumpleaños, no? FELICIDADES!!

Lola García dijo...

Cumpleaños feliz!!!!!!
He estado fuera de la ofi hoy y no tenía tu teléfono para felicitarte.
Que sean muchos más,

Y qué me dices de las piñatas ¿nunca tuviste una? Y los disfraces? Mi madre siempre ponía en la invitación:
Dress code: disfraces!!!!
¿y los globos llenos de agua? ¿o de harina? (lo que tiene celebrar el cumple en el campo, se permite ensuciar).
En fin, que tengas un día genial (o lo hayas tenido).

Besitos mil.

Lola.

Elena Bort dijo...

Gracias a todos, a los que escribieron y a los que estuvieron...jopé qué día tan bonito...

Anónimo dijo...

Princesín!! Porque eres eso, una princesín!! (me gusta así el diminutivo). Llego un par de días tarde pero te deseo lo mejor y que cumplas muchos y bonitos todos.

Ana (Castañosa)

Anónimo dijo...

Jo!!!!!!Que dulce e inocente recuerdo.Me ha encantado volver a recordar esas tardes de cumples,no tanto a M.Prades pero vamos a dejarlo ahí.No te voy a perdonar que no menciones mis desfiles de braguitas Avet recién estrenadas.
Que arte tenía!!!!!!!Muchos besos

Elena Bort dijo...

jajajaj!!
no había visto este comentario de Roser...las braguitas avet!! qué bueno!!

carla dijo...

Aún recuerdo ese pingüino!
Tampoco ha pasado tanto tiempo, ¿no?
Dime que no!!! :S
Hoy tengo meláncolia ...
morriña de ponerme el vestido de domingo y comer chuches en la plaza...