domingo, 11 de noviembre de 2007

Lo que uno calla

“Las cosas que uno calla siempre son las más importantes”.
Acabo de ver Cosas que nunca te dije y, es verdad, técnicamente ha envejecido raro pero su discurso sigue siendo válido, así como los domingos siempre seguirán siendo fluctuantes e irresolutos o el té tan caliente que te olvidas de él para acabar tomándotelo frío. Así es, lo que uno calla siempre es lo más importante pero en mi opinión a veces callar es lo más parecido al olvido, bueno a la úlcera sangrante y al olvido. A lo largo de los años, he tenido que aprender a contar las cosas un poco más, a quejarme en voz alta para que así la bola disminuyera de diámetro. Y me ha ido bien, no me quejo, pero hay verdades tan reales y tan irracionales a la vez, que casi es mejor que ese día el cartero se equivoque de buzón o la línea enemiga responda que “ha sido imposible establecer la comunicación, pruébelo de nuevo más tarde”. A veces el más tarde pasa y pasa hasta que te olvidas, te tomas el té tan frío que ya no sabes ni lo que esperabas, la cremallera funciona, el pantalón te ajusta de nuevo y la vida sigue como si nunca hubiera sido tarde de domingo.


Image by Libélula de Nueve Pulgadas

2 comentarios:

Jordi Mellado dijo...

Tienes toda la razón del mundo... quizá si me callo y no lo digo, acabe olvidándolo.

Lola García dijo...

Vale, esto no puede ser, yo tengo esa foto guardada para futuros posts.
De verdad, esto es un caso para Aramis.

Bonita entrada Ele.

Besitos mil.

Lola.